Retablo de la Asunción de María (Güeñes)
- Templo: Iglesia de Santa María (Gueñes)
- Ubicación: Altar Mayor
- Autor: Bartolomé Martinez de Villaviad (arquitecto), Juan Gil de Sopeña (arquitecto), Juan de Palacio Arredondo (escultor) y Emeterio del Castillo (dorador)
- Promotor: Mayordomos de la parroquia de Santa María
- Cronología: siglo XVII (1631 – 1637)
- Estilo: Barroco
Una obra del siglo XVII pionera del barroco en Bizkaia
Retablo interactivo, pulse sobre las imágenes para ampliar su información.
Iglesia:
La iglesia de Santa María se levanta en un cruce de caminos, al que ofrece su fachada principal, en pleno núcleo de Gueñes. Las obras de construcción se demoraron durante toda la centuria del 1500 y en su realización participaron varios maestros de obras, aunque el diseño general corresponde a Juan de Rasines.
Es una iglesia monumental, en la que están presentes elementos góticos y renacentistas, como puede verse en su portada.
Advocación:
La iglesia y su retablo principal están dedicados a la Asunción de la Virgen María.
Según la tradición católica, al final de su vida María fue llevada al Cielo y es, junto con el propio Jesucristo, la única persona que se encuentra en cuerpo y alma en el Paraíso, sin tener que esperar al Juicio Final y la resurrección de los muertos.
Se le representa sobre nubes y rodeada de ángeles, ya que fueron ellos quienes se encargaron de transportar su cuerpo a la Gloria.
Descripción:
Este gran retablo de tipo fachada preside el altar mayor y ocupa toda la cabecera o testero de la iglesia. Su planta es poligonal, para adaptarse al muro en el que está colocado. Está dividido en zócalo o banco, con relieves apaisados, dos cuerpos de cinco calles, con esculturas y relieves, y remate o ático, presidido por el Calvario. Para dividir las calles y enmarcar las esculturas y relieves se utilizan elementos arquitectónicos como columnas, que pueden ser entorchadas y decoradas con motivos vegetales, como las del primer cuerpo, o acanaladas y con capiteles corintios, como las del ático.
Está dedicado a la Virgen María, ensalzando su papel como Madre de Dios. Por eso, los relieves representan escenas de la vida de María y la escultura central se dedica a su Asunción. Bajo esta imagen se dispone el sagrario, de estilo barroco muy decorado. Durante algún tiempo, este sagrario fue sustituido por una imagen de Cristo crucificado que actualmente está en un lateral de la iglesia, a la derecha del altar. Por su parte, los relieves del banco, recogen escenas de la pasión de Cristo. Se completa en las calles laterales con esculturas de santos y apóstoles.
Es uno de lo primeros retablos de estilo barroco realizados en Bizkaia. Tanto su arquitectura como su escultura están muy marcadas por la expresividad y el decorativismo propios de ese momento, destacando los motivos ornamentales a base de cadenetas vegetales y puntas de diamante. Llama también la atención la cuidada policromía, a base de dorados en la arquitectura y de tonos rojos, azules y verdes en las esculturas.
Historia:
En 1631 los responsables de administrar la parroquia de Santa María, llamados en esa época mayordomos, decidieron encargar un retablo monumental para el altar mayor de la iglesia. Después de elegir el diseño más conveniente, en 1632 firmaron el contrato con los arquitectos Bartolomé Martínez y Juan Gil de Sopeña, ambos de Liendo (Cantabria).
Cuando se terminó la obra de arquitectura, en 1636, comenzaron a tallarse las esculturas del retablo, que son obra del escultor Juan de Palacio Arredondo, natural de Limpias (Cantabria). Finalmente, en 1679 se realizó la pintura, que realizó el dorador balmasedano Emeterio del Castillo.
Las obras concluyeron en 1680, casi medio siglo después de realizarse el primer encargo.
Imaginería:
Banco
San Jerónimo.
Jerónimo fue un estudioso cristiano del siglo IV que tradujo la Biblia al latín, por lo que está considerado uno de los padres de la Iglesia Católica y se le representa aquí en actitud de leer. Llegó a ser secretario del papa Dámaso IV, por eso aparece vestido de cardenal, con ropas de color rojo intenso o púrpura y un sombrero llamado capelo, destacando la policromía de sus ropajes.
La leyenda cuenta que le acompañaba siempre un león, que lo seguía como un perro manso desde que el santo le sacara una espina que tenía clavada en la pata y que aquí parece sujetar el libro que lee Jerónimo.
Cristo con la cruz a cuestas.
Según los evangelios, antes de morir Jesús fue obligado a cargar con la cruz por las calles de Jerusalén hasta el monte Calvario, donde sería crucificado. Por el camino, era insultado por los soldados, que aquí aparecen con expresivos rostros, tirando de una cuerda atada a su cuello.
Le acompaña Simón de Cirene, el hombre que le ayudó a llevar la cruz, vestido con una rica túnica y turbante.
San Ambrosio.
Ambrosio fue obispo de Milán en el siglo IV; por eso se le representa en esta imagen vestido con ropas muy decoradas y llevando la mitra, el sombrero que utilizan los obispos en las ceremonias solemnes. Fue autor de muchas obras de teología, por lo que está considerado uno de los padres de la Iglesia Católica, y aquí aparece leyendo un libro que apoya en un atril.
Destaca la policromía de sus ropajes, a base de motivos vegetales.
San Lucas.
Lucas es el autor de uno de los cuatro evangelios que la Iglesia Católica considera directamente inspirados por Dios y que se recogen en la Biblia. Cada uno de los evangelistas tiene un símbolo: el de Lucas es el toro, que en esta escultura asoma bajo su manto. Representado como un hombre maduro, aparece escribiendo el libro abierto que sostiene en su mano izquierda.
Destaca el colorido de sus ropajes, así como la manera desenfadada con que apoya su pierna sobre la cabeza del animal.
Oración en el huerto de los olivos.
Según los evangelios, después de la Última Cena Jesús se retiró a un huerto de olivos conocido como Getsemaní, al que solía acudir con sus discípulos para rezar. Consciente de que va a ser apresado y crucificado, se dirige a Dios pidiéndole “Padre, si puedes aparta de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad sino la tuya”, mostrando que, como hombre, sufre ante la inminencia de la muerte pero acepta la voluntad de Dios.
Por eso, se representa aquí a Jesús arrodillado, con las manos juntas en actitud de orar, mientras un ángel llega volando y le ofrece en una mano una copa o cáliz y, en la otra, una cruz. Los tres apóstoles que le acompañan aparecen dormidos, siguiendo la descripción de la escena que se hace en la Biblia. Delante de Jesús está Juan, representado como un hombre joven y sin barba; detrás, Santiago el Mayor, con manto rojo, y Pedro, sujetando el cuchillo con el que defenderá a Jesús en el momento del su arresto.
Destaca la manera en el que se representa el fondo, con árboles que hacen la escena más realista.
San Marcos
Marcos es el autor de uno de los cuatro evangelios que la Iglesia Católica considera directamente inspirados por Dios y que se recogen en la Biblia. Cada uno de los evangelistas tiene un símbolo: el de Marcos es el león, que en esta escultura aparece a sus pies. El santo parece estar escribiendo en este momento con la pluma que sujeta en la mano derecha el libro abierto que sostiene en la izquierda.
Destacan el colorido y los detalles de los ropajes, así como la delicadeza con que apoya su pierna sobre la cabeza del animal y que le sirve para apoyar el libro.
San Juan evangelista.
Juan es el autor de uno de los cuatro evangelios que la Iglesia Católica considera directamente inspirados por Dios y que se recogen en la Biblia. Cada uno de los evangelistas tiene un símbolo: el de Juan es el águila, que lo acompaña en esta escultura. El santo, representado como un hombre joven y sin barba, parece estar escribiendo en este momento con la pluma que sujeta en la mano derecha el libro abierto que sostiene en la izquierda.
Destacan el colorido del manto y los detalles de sus ropajes, así como la manera con que apoya su pierna sobre una roca mientras apoya el libro en que escribe sobre la cabeza del águila.
La última Cena
Según los evangelios, el día antes de su muerte, Jesús se reunió con los doce apóstoles para celebrar la Pascua judía. Aquí se les representa en torno a una mesa, con alimentos como el cordero y el pan. Entre los apóstoles, reconocemos a Juan, representado como un hombre joven sentado a la izquierda de Jesús y que aparece dormido sobre la mesa, y a Judas Iscariote, un hombre pelirrojo que sujeta la bolsa con las monedas que recibió por traicionar a Jesús.
La escena recoge precisamente el momento en que Jesús anuncia que el discípulo al que él ofrezca un trozo de pan es el que le ha traicionado; por eso aparece en el centro de la escena, alargando la mano hacia Judas que, asombrado, se señala con la mano derecha. Los demás apóstoles miran al traidor, o se vuelven entre sí como si estuvieran comentando el hecho.
Es una escena llena de detalles, como el mantel de la mesa, las sillas en que se sientan los apóstoles o la jarra de vino que sostiene uno de ellos.
San Mateo.
Mateo es el autor de uno de los cuatro evangelios que la Iglesia Católica considera directamente inspirados por Dios y que se recogen en la Biblia. Cada uno de los evangelistas tiene un símbolo: el de Mateo es el hombre, que muchas veces se representa con alas, como si fuera un ángel.
Así aparece en esta escultura, acompañando al santo y sujetando el tintero para que éste escriba con la pluma que sujeta en la mano derecha el libro abierto que sostiene en la izquierda.
Destaca la cuidada policromía del manto, lleno de detalles.
San Gregorio Magno.
Gregorio fue un papa del siglo VI, por eso aquí aparece ricamente vestido y llevando la tiara, un sombrero formado por tres coronas que indica su autoridad como papa, obispo y rey. Fue autor de muchas obras de teología, por lo que está considerado uno de los padres de la Iglesia Católica y aquí se le representa leyendo un libro mientras recibe la inspiración del Espíritu Santo, representado simbólicamente como una paloma.
Destaca la cuidada policromía de sus vestimentas, llena de detalles.
Prendimiento.
Según los evangelios, mientras Jesús estaba orando en el huerto de los olivos, llegaron los soldados del Sanedrín (el consejo de los jueces judíos), acompañados de Judas Iscariote, quien le había traicionado e hizo que lo arrestaran. Aquí se representa el momento en que Judas, llevando el saco con las monedas que recibió por delatarle, se acerca a Jesús y éste es llevado preso por uno de los guardas, mientras sus discípulos intentar evitar el prendimiento.
Llama la atención la figura de Pedro, a la izquierda de la escena, que ha derribado a un soldado mientras levanta una espada. La Biblia cuenta que cortó la oreja del caído, pero Jesús la curó milagrosamente.
Es una escena muy expresiva, enriquecida por los tonos dorados y los cuidados detalles de la policromía.
San Agustín.
Agustín fue un filósofo del siglo IV que, después de convertirse al cristianismo, llegó a ser obispo de la ciudad de Hipona (en la actual Argelia). Por eso aparece vestido con una capa muy decorada y llevando el sombrero que utilizan los obispos en las ceremonias solemnes, llamado mitra.
Fue autor de muchas obras de teología, por lo que está considerado uno de los padres de la Iglesia Católica y aquí se le representa leyendo y acompañado por un ángel, para subrayar el carácter divino de sus escritos.
Destaca la rica policromía de sus ropajes.
Cuerpo 1
San Pedro.
Según los evangelios, Pedro fue, junto con su hermano Andrés, el primero de los doce apóstoles llamados por Jesús de Nazaret. Éste le nombró su sucesor, por lo que se le identifica como el primer papa de la Iglesia Católica. En esta imagen se le reconoce por llevar un libro en la mano izquierda y la llave del Reino de Dios en la derecha.
Llama la atención la exquisita policromía de sus ropajes, llena de detalles, que hace destacar la expresión de su rostro, enfrascado en la lectura.
Anunciación.
Según los evangelios, el arcángel Gabriel fue enviado por Dios para anunciar a María que iba a ser la Madre del Mesías. Es un episodio de gran importancia simbólica para el cristianismo, ya que representa el misterio de la Encarnación, es decir, el momento en que Dios se hace hombre para salvar a la humanidad del pecado.
Esta escena representa el instante en que el arcángel se presenta ante María, mientras la mujer, que está leyendo, lleva una mano a su vientre mostrando que va a ser Madre de Dios. Sobre ellos, se representa simbólicamente al Espíritu Santo como una paloma que extiende sus alas en forma de cruz, en alusión a la concepción milagrosa y divina de Cristo.
Es una representación muy expresiva, en la que destacan los gestos de las figuras, la calidad de la talla, los detalles de la estancia en que se ambienta la escena y la finura de la policromía.
Adoración de los pastores.
Según los evangelios, después de que Jesús naciera en Belén un ángel anunció a los pastores que había nacido el Mesías. Asombrados, acudieron al pesebre para presentarle sus respetos.
Se representa a María y José rodeando al Niño, mientras que un pastor se arrodilla en señal de respeto al tiempo que le ofrece como presente un cordero, elemento simbólico que alude a Cristo como cordero de Dios y, por tanto, a su papel de redentor de la humanidad. La representación se completa con las figuras de otros pastores que se agolpan para contemplan al Niño, así como la mula y el buey, animales que tradicionalmente acompañan las representaciones del Nacimiento de Jesús.
Las vestimentas de los personajes están llenas de color y en la escena hay bonitos detalles, como la manera en que se ha tallado el pesebre, imitando cesta, o cómo se agarra a la columna uno de los pastores para poder ver.
San Pablo.
Pablo fue uno de los primeros difusores del cristianismo, religión a la que él mismo se había convertido tras aparecérsele Cristo. Aquí aparece representado con la espada, símbolo de su muerte decapitado, y el libro, referencia al texto de los Hechos de los Apóstoles y las catorce cartas que escribió y que aparecen en la Biblia.
En esta escultura destacan la expresión de su rostro y la cuidada policromía de sus ropajes.
Entrepiso
Esperanza.
La Esperanza es, junto a la Fe y la Caridad, una de las tres virtudes que los cristianos llaman teologales por considerar que son directamente infundidas por Dios.
Aquí se representa como una mujer, vestida con amplios ropajes, que sujeta un ancla, símbolo de la confianza en la salvación y la resurrección.
Cuerpo 2
Apóstol.
Imagen de uno de los doce apóstoles que, según los evangelios, acompañaban a Jesús de Nazaret.
Presentación de María en el Templo.
La Biblia apenas dice nada de la vida de María, que conocemos sobre todo por leyendas y tradiciones medievales. Siendo muy joven, los padres de María, Joaquín y Ana, la llevaron al templo de Jerusalén, donde sería educada por los sacerdotes hasta llegar a la edad de casarse. Aquí se representa el momento en que el sacerdote Baraquías recibe a la niña, que sube las escaleras del templo, y profetiza que será la Madre del Mesías, mientras sus padres y unas mujeres contemplan la escena.
Llaman la atención los expresivos gestos de Joaquín y Ana, así como la detallada policromía de los ropajes y el detallismo en las arquitecturas.
Asunción .
Según la tradición católica, al final de su vida María fue llevada al Cielo y se encuentra en cuerpo y alma en el Paraíso. Aquí se le representa sobre nubes, pisando la media luna y rodeada de ángeles, que la coronan como Reina de los Cielos, ya que fueron ellos quienes se encargaron de transportar su cuerpo a la Gloria.
Destaca el fino trabajo de la talla y la policromía.
Adoración de los Magos o Epifanía.
Según los evangelios, unos Magos de Oriente visitaron a Jesús en Belén, a donde llegaron siguiendo una estrella que brillaba en el cielo. No se citan sus nombres, su número, ni su raza, aunque la tradición recoge que fueron tres: Melchor, Gaspar y Baltasar. A partir del siglo XIV, este último ha solido representarse como un joven de raza negra. Sí se dice, en cambio, que le llevaron tres presentes: oro, como rey; incienso, como dios; y mirra, un bálsamo muy aromático que se usaba para embalsamar a los muertos, como hombre y, por tanto, mortal. María sujeta al Niño mientras el primer mago, Melchor, ha dejado en el suelo la corona que lo identifica como rey y se arrodilla ante el hijo de Dios.
Gaspar y Baltasar, de pie, contemplan la escena, presidida en el cielo por la estrella que ha guiado a los Magos. José, en un segundo plano, sujeta un tarro que le ha sido entregado por Melchor, mientras dos pajes asoman tras Baltasar, queriendo observar lo que sucede.
Apóstol.
Imagen de uno de los doce apóstoles que, según los evangelios, acompañaban a Jesús de Nazaret.
Ático
San Francisco de Asís.
Francisco era el hijo de un próspero comerciante de telas de la ciudad de Asís (actual Italia). De muy joven decidió renunciar a todas sus riquezas y fundó la orden de los franciscanos, cuyos miembros deben someterse a tres votos o promesas solemnes: castidad, obediencia y, sobre todo, pobreza.
Por eso se le representa pobremente vestido con el hábito de su orden y el cordón de tres nudos que recuerdan esas tres promesas.
Visitación.
Según el evangelio, María, embarazada de Cristo, visita a su prima Isabel, quien estaba también embazada de Juan el Bautista, para comunicarle que va a ser la Madre de Dios. En este relieve, ambas mujeres se abrazan, mientras sus respectivos maridos, José (con sombrero y bastón) y Zacarías (con turbante), contemplan la escena.
Es una obra muy cuidada y expresiva, resaltada con la exquisita policromía de los ropajes.
Calvario.
Grupo escultórico que representa a Cristo crucificado rodeado por su madre, María, que junta las manos en señal de dolor, y su discípulo predilecto, Juan, que lleva su mano derecha al pecho. Tras ellos hay pintado un paisaje que representa la ciudad de Jerusalén; está presidido por el sol y la luna, en alusión a que, según los evangelios, durante la crucifixión la tierra quedó sumida en la oscuridad desde el mediodía hasta las tres de la tarde. Juan y María miran el cuerpo de Jesús, ya muerto, con la cabeza inclinada y sangrando por la herida de su costado.
A los pies de la cruz aparecen unos huesos humanos, en alusión al nombre hebreo del Calvario, Gólgota, que significa “monte de la calavera” y que era el lugar de Jerusalén donde, en aquella época, se ajusticiaba a los presos.
Nacimiento de la Virgen.
La Biblia apenas dice nada de la vida de María, que conocemos sobre todo por leyendas y tradiciones medievales. Aquí se representa su nacimiento como un hecho cotidiano: su madre, Ana, ya ha dado da a luz y está tumbada en la cama. Mientras, dos comadronas atienden a María: una sujeta a la recién nacida y la otra calienta sobre un brasero las ropas en que van a envolverla.
En ese momento parece llegar Joaquín, su padre, llevando un plato con comida mientras otra mujer corre la cortina que hay sobre la cama para que puede ver a Ana. Es una escena muy expresiva y llena de detalles.
San Antonio de Padua.
Antonio de Padua fue un monje franciscano que predicó contra la avaricia de los prestamistas que obtenían excesivos intereses en sus tratos. Por eso se le representa vestido de franciscano, con un hábito sujeto por un cinturón de cuerda y la cabeza afeitada en la coronilla, a modo de tonsura.
En su brazo derecho, hoy perdido, seguramente sostenía al Niño Jesús, ya que su leyenda dice que era tan devoto que cuando rezaba el mismo Niño Jesús acudía para asistirlo en sus oraciones.