Retablo de San Juan Evangelista (Berriz)

  • Templo: Iglesia deSan Juan Evangelista (Berriz)
  • Ubicación: Altar Mayor
  • Autor: Martín de Zaldúa (tracista)
  • Promotor: Pedro Bernardo Villarreal de Bérriz
  • Cronología: siglo XVII-XVIII (1695-1703, pinturas y esculturas 1704-1727)
  • Estilo: Barroco

Una obra tan adelantada a su tiempo como su promotor

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Iglesia:

La iglesia de San Juan Evangelista se encuentra en Elizondo, el núcleo central del municipio de Berriz, al que da nombre (elizondo significa en euskera “junto a la iglesia”). Forma un hermoso conjunto con el edificio del ayuntamiento, las casas curales y la bolera.

Aunque la iglesia debió ser erigida en torno a 1200, su imagen actual corresponde con una reconstrucción iniciada hacia 1535, arrancando de un estilo tardogótico que se combinaría con lo renacentista y barroco.

San Juan Evangelista (Berriz)
Berriz Advocación

Advocación:

Juan fue uno de los doce apóstoles. Siendo muy joven, él y su hermano Santiago fueron llamados por Jesús para ser sus discípulos. Durante la persecución del emperador romano Domiciano, que sucedió unos 50 años después de morir Cristo, estuvo desterrado en la isla de Patmos, en el mar Egeo (actual Grecia). Allí, según la tradición, tuvo la visión del fin del mundo, el Apocalipsis, que relató en el último libro de la Biblia.

Es también el autor de uno de los cuatro evangelios que la Iglesia Católica reconoce como verdaderos e inspirados directamente por Dios.

Descripción:

El retablo de San Juan Evangelista preside el altar mayor del templo. Es un retablo de cascarón que se adapta a la forma del ábside poligonal de la iglesia. Está formado por un banco, dos cuerpos y ático. Cuatro columnas de forma retorcida, llamadas salomónicas, decoradas con uvas y hojas de vid dividen cada piso o cuerpo en tres calles, muy decoradas. El conjunto contaba con un sagrario que hoy en día se conserva separado del retablo y ha sido sustituido por una escultura de Cristo crucificado.

Las imágenes combinan pintura y escultura. En el centro, un cuadro representa el momento de la visión de San Juan en la isla de Patmos. El conjunto se completa con esculturas de San Pedro, San Pablo, San José y San Juan Bautista, y pinturas de San Sebastián, Santa Teresa, San José, Cristo resucitado, Dios Padre y el Espíritu Santo. La arquitectura tiene muchos elementos decorativos, inspirados en motivos vegetales. La traza y la delicadeza de la escultura, que asimilan perfectamente las características del estilo barroco, hacen de esta obra un retablo adelantado a su tiempo, como también lo fue su promotor, Pedro Bernardo Villarreal de Bérriz.

Llama la atención que la policromía se concentra sólo en los nichos y esculturas, quedando la parte arquitectónica en el color original de la madera. Lo que en el siglo XVIII fue una solución al problema de la falta de fondos para terminar la obra, hoy parece aumentar la sensación de grandiosidad del retablo.

Pedro Bernardo Villarreal de Bérriz

Historia:

Este retablo fue construido gracias a las limosnas de los vecinos y, fundamentalmente, a la financiación de Pedro Bernardo Villarreal de Bérriz , industrial e ingeniero de Arrasate (Gipuzkoa), que fue uno de los precursores de la Ilustración en el País Vasco. La estructura o traza del retablo es obra del arquitecto guipuzcoano Martín de Zaldúa.

La obra fue dirigida por el arquitecto Martín de Olaizola, también guipuzcoano pero afincado en Elorrio, que por aquel entonces era uno de los centros artísticos más importantes de Bizkaia. Las obras terminaron en 1704, pero el retablo quedó sin pintar; sólo dos décadas después, entre 1726 y 1729, pudieron dorarse los nichos y las esculturas gracias al dinero enviado desde Guatemala por Domingo de Gomendio, un vecino de Berriz que era allí Oidor de la Audiencia.

Tras la reforma litúrgica que promovió en 1965 el Concilio Vaticano II, se eliminó el altar adosado al retablo y se reformó su parte inferior.

Imaginería:

Cuerpo 1

a. San Pedro.

San Pedro.

Pedro fue uno de los doce apóstoles. Jesús le nombró su sucesor, por lo que se le identifica como el primer papa de la Iglesia Católica. En esta imagen se le reconoce por llevar un libro en la mano izquierda y las llaves del Reino de Dios en la derecha.

Como las otras esculturas del retablo, a pesar del movimiento de los ropajes la imagen resulta un tanto rígida, algo propio del barroco de esos años.

A. Cristo crucificado.

Cristo crucificado.

Según la doctrina cristiana, es a través de la muerte de Cristo en la cruz como llega la salvación y se abre el acceso a la vida eterna. Por eso se representa a Jesús en el momento de su muerte, con la llaga en el costado y la cabeza inclinada, con un cuerpo consumido.

Esta imagen, que ocupa el lugar en el que estuvo el sagrario, es de mediados del siglo XVI, anterior por tanto al retablo.

a. San Pablo.

San Pablo.

Pablo fue uno de los primeros difusores del cristianismo, religión a la que él mismo se había convertido tras aparecérsele Cristo. Aquí aparece representado con la espada, símbolo de su muerte decapitado, y el libro, referencia al texto de los Hechos de los Apóstoles y las catorce cartas que escribió y que aparecen en la Biblia.

Como en las otras tallas, los ropajes se agitan de forma un tanto rígida. Llaman la atención sus barbas, que quieren recordar a las del Moisés de Miguel Ángel

Cuerpo 2

b. San José.

San José.

José es el esposo de María y padre adoptivo de Jesús de Nazaret. Por eso en esta escultura se le representa con el Niño en brazos, quien se vuelve hacia el santo mientras sujeta en su mano izquierda una bola rematada con una cruz, símbolo del triunfo del cristianismo en el mundo.

En la otra mano, José lleva una vara florida, en alusión al milagro que hizo que los sacerdotes lo reconocieran como el esposo más adecuado para la Virgen María.

Es la pieza más dinámica del conjunto.

B. Visión de San Juan en Patmos.

Visión de San Juan en Patmos.

Durante su exilio en la isla de Patmos, San Juan Evangelista tuvo una serie de visiones, que relató en el libro del Apocalipsis. La pintura representa el momento en que el santo vio aparecer una doncella envuelta en un manto azul (símbolo del Cielo), con la luna bajo sus pies (representación de su castidad y del triunfo cristiano sobre el turco a partir de la batalla de Lepanto) y coronada con doce estrellas (los doce gozos de la Virgen. Esta simbólica imagen fue asimilada por la tradición católica con la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Junto a ella, un ángel da muerte a un dragón de siete cabezas (el mal, el pecado, y el propio Apocalipsis). San Juan aparece escribiendo con una pluma el libro del Apocalipsis, y acompañado de un águila, símbolo que lo identifica y lo distingue de los otros tres autores de los evangelios: Mateo, Marcos y Lucas.

Esta pintura, como las restantes del retablo, son obras de gran calidad traídas de Roma en 1704.

c. San Juan Bautista.

San Juan Bautista.

Según los evangelios, Juan el Bautista realizó su misión a comienzos de la era cristiana, en el río Jordán, donde bautizaba a los que buscaban la conversión –de ahí su sobrenombre–.

Entre las personas a las que bautizó estuvo Jesús de Nazaret. Se le describe como un ermitaño que vivía en el desierto y se cubría con pieles de camello.

Aquí se le representa con un cordero, símbolo de Cristo, un bastón de caña –originalmente sería una cruz– y una capa de pieles.

Ático

d. Cristo y San José.

Cristo y San José.

Pintura que representa a Jesucristo y San José en la Gloria, rodeados de nubes y ángeles. Cristo está vestido con un manto de color púrpura, símbolo de su Resurrección. En la mano sujeta la cruz que representa el triunfo sobre la muerte.

Llama la atención cómo apoya su pierna en la nube y parece dirigirse al Padre Eterno, representado en el remate del retablo. A su lado, San José, con túnica azul y manto amarillo, sujeta la vara florida que lo identifica como el esposo de la Virgen María y levanta los ojos al cielo.

Esta pintura llegó de Roma en 1704.

C. Espíritu Santo

Espíritu Santo

Según la religión cristiana, el Espíritu Santo es una de las tres personas de la Santísima Trinidad. Junto con Dios Padre y su hijo Jesucristo constituye una sola esencia divina. Suele representarse en forma de paloma blanca, con las alas abiertas en forma de cruz.

En esta pintura aparece rodeado de ángeles, que se confunden con las nubes, símbolo de la Gloria divina.

Esta pintura llegó de Roma en 1704.

d. Santa Teresa y San Sebastián

Santa Teresa y San Sebastián

Teresa de Ávila, vestida con el hábito de las carmelitas descalzas, orden que ella misma reformó, aparece arrodillada y juntando sus manos en señal de oración. A su lado, se representa a Sebastián, que tiene a sus pies un casco que lo identifica como soldado romano y sujeta en su mano izquierda tres flechas, símbolo de su martirio.

Ambos aparecen volviendo sus ojos a la imagen de Dios Padre, representado en el remate del retablo.

Esta pintura llegó de Roma en 1704.

D. Dios Padre acompañado por los ángeles

Dios Padre acompañado por los ángeles

Dios Padre aparece representado en la Gloria, rodeado de nubes y ángeles. Se le pinta como un anciano de barba y cabello blancos, que extiende los brazos en señal de clemencia.

A los lados, dos ángeles lo miran en actitud de adoración.

Esta pintura llegó de Roma en 1704.