Retablo de Santiago Apóstol (Ermua)

  • Templo: Iglesia de Santiago Apóstol (Ermua)
  • Ubicación: Altar Mayor
  • Autor: Atribuido a José de Zuaznábar (arquitecto) y Juan de Munar (escultor)
  • Promotor: Andrés de Orbe y Larreátegui (obispo de Barcelona y arzobispo de Valencia)
  • Cronología: siglo XVIII (1742-1746)
  • Estilo: Barroco

El obispo de Barcelona y arzobispo de Valencia tras la construcción de este importante retablo barroco

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Iglesia:

La iglesia de Santiago Apóstol de Ermua es un bello edificio que comenzó a construirse hacia el año 1600 y destaca al exterior por su torre barroca, proyectada en 1729 por el maestro cantero guipuzcoano Sebastián de Lecuona.

En el interior, bajo el coro, destaca el monumento funerario del benefactor Andrés de Orbe y Larreategui, quien pagó parte de las obras del templo y el retablo.

Parroquia de Santiago Apóstol (Ermua)
Retablo Mayor de Santiago Apóstol (Ermua) Advocación

Advocación:

El retablo se dedica al apóstol Santiago el Mayor, tal y como se describe en las crónicas medievales de la batalla de Clavijo. Según la leyenda, el 23 de mayo del año 844 el rey cristiano Ramiro I se enfrentó a las tropas musulmanas en Clavijo (cerca de Logroño) invocando la protección del apóstol, quien se apareció sobre una nube y montando un caballo blanco.

Esta representación se conoce popularmente como Santiago Matamoros, ya que la misma leyenda cuenta que gracias a la intervención milagrosa del santo los cristianos vencieron y dieron muerte a más de 5.000 enemigos.

Descripción:

El retablo preside el altar mayor de la iglesia de Santiago Apóstol y se adapta perfectamente a la forma curva de su cabecera. Está compuesto de un zócalo o banco, de gran altura; cuerpo, con esculturas entre seis altas columnas retorcidas o salomónicas de capitel compuesto, con abundante decoración de hojarasca, flores, modillones, drapeados y rocalla, típicas del estilo barroco; y remate o ático en forma de cascarón gallonado, es decir, con decoración en forma de gajos.

Está dedicado al apóstol Santiago el Mayor, quien ocupa el espacio central ante una vidriera emplomada que deja pasar la luz, reforzando la monumentalidad de la escultura. La calle central se completa con imágenes de Cristo crucificado (en el lugar que ocupó el sagrario en forma de templete), la Asunción de la Virgen y la Santísima Trinidad, mientras que en las laterales están, abajo, los cuatro evangelistas (de izquierda a derecha, Mateo, Juan, Lucas y Marcos) y arriba los cuatro padres de la iglesia latina o católica (Jerónimo, Gregorio, Ambrosio y Agustín). En las hornacinas se encuentran, arriba, dos santos jesuitas (San Francisco Javier y San Ignacio de Loyola) y, abajo, los dos primeros apóstoles, Pedro y Andrés. Este último es, además, patrón del promotor del retablo, Andrés de Orbe y Larreategui.

La arquitectura del mueble no ha sido dorada, dejando a la vista el color oscuro de la madera de castaño. Sobre ella destacan las esculturas, policromadas con ricos colores y cuidados detalles en los ropajes . Todo ello hace que tenga una apariencia monumental, potenciada con la abundante decoración barroca, que convierte a este retablo en uno de los más representativos de su tipología en Bizkaia.

Andrés de Orbe y Larreategui

Historia:

El retablo fue realizado por encargo de Andrés de Orbe y Larreategui, una influyente figura de principios del siglo XVIII. Natural de Ermua, este sacerdote había llegado a ser obispo de Barcelona en 1720 y arzobispo de Valencia en 1725. Ocupó, además, otros cargos, como gobernador del Consejo de Castilla, Inquisidor General y nuncio apostólico, es decir, representante diplomático de la Santa Sede con rango de embajador. En 1742 encargó el retablo mayor para la parroquia de Ermua, su localidad natal, donde sufragó otras obras importantes como la torre de la iglesia o el palacio de Valdespina, que fue residencia de su familia y en la actualidad es el ayuntamiento de Ermua.

La obra del retablo se atribuye al arquitecto José de Zuaznábar y al escultor Juan de Munar. José de Zuaznábar fue un arquitecto guipuzcoano, natural de Oiartzun, que trabajó y residió en Ermua desde 1742, precisamente cuando comienzan las obras de este retablo. Juan de Munar, natural de Arnedo (Cantabria) y vecino de Elorrio (Bizkaia), fue un escultor que colaboró en varios retablos vizcaínos, como éste de Ermua o el de Amorebieta-Etxano.

El retablo fue restaurado en 1995.

Imaginería:

Cuerpo

B. Santiago Matamoros.

Santiago Matamoros.
La imagen representa el momento en que Santiago está acabando con la vida de los musulmanes en la mítica batalla de Clavijo. Va montando a caballo y levanta la espada en señal de batalla. Con las dos patas delanteras el caballo golpea a uno de los enemigos, de raza negra y tocado con un turbante con la media luna. En el suelo está el cuerpo de otro, ya muerto y con el brazo colgando por encima de la arquitectura del retablo, tendido junto a estandartes con la media luna y una corona que alude al emir de córdoba Abderramán II, vencido en la batalla.

Es una escultura llena de detalles, como las herraduras del caballo, las banderas, los escudos…, destacados mediante la rica policromía.

E. Grupo de ángeles

Grupo de ángeles
Sobre la imagen central, un grupo de ángeles completa la escena de batalla, con símbolos que aluden a la victoria de los cristianos. Los dos más pequeños, desnudos y en actitud de vuelo, sujetan una palma, el de la derecha, y una cruz, el de la izquierda. La figura central, de mayor tamaño y vestida con ricos ropajes, está sentada en una de las hornacinas del retablo, sobresaliendo de la arquitectura.

Se le representa tocando una trompeta en señal de triunfo y sujetando una bandera o estandarte con la cruz de Santiago.

a1. San Mateo

San Mateo
Mateo es el autor de uno de los cuatro evangelios que la Iglesia Católica considera directamente inspirados por Dios y que se recogen en la Biblia. Cada uno de los evangelistas tiene un símbolo: el de Mateo es el hombre, que muchas veces se representa con alas, como si fuera un ángel. Así aparece en esta escultura, acompañando al santo que parece estar escribiendo en este momento con la pluma que sujeta en la mano derecha el libro abierto que sostiene en la izquierda.

Destaca la talla de sus ropajes, resaltada con el colorido dorado del manto y los detalles.

a2. San Juan evangelista

San Juan evangelista
Juan es el autor de uno de los cuatro evangelios que la Iglesia Católica considera directamente inspirados por Dios y que se recogen en la Biblia. Cada uno de los evangelistas tiene un símbolo: el de Juan es el águila, que lo acompaña en esta escultura. El santo, representado como un hombre joven y sin barba, parece estar escribiendo en este momento con la pluma que sujetaba en la mano derecha (hoy perdida) el libro abierto que sostiene en la izquierda.

Destaca la talla de sus ropajes, resaltada con el colorido dorado del manto y los detalles.

a3. San Lucas

San Lucas
Lucas es el autor de uno de los cuatro evangelios que la Iglesia Católica considera directamente inspirados por Dios y que se recogen en la Biblia. Cada uno de los evangelistas tiene un símbolo: el de Lucas es el toro, que en esta escultura asoma bajo su manto. Representado como un hombre joven y sin barba, aparece escribiendo el libro abierto que sostiene en su mano izquierda.

Destaca la talla de sus ropajes, resaltada con el colorido dorado del manto y los detalles.

A4. San Marcos

San Marcos
Marcos es el autor de uno de los cuatro evangelios que la Iglesia Católica considera directamente inspirados por Dios y que se recogen en la Biblia. Cada uno de los evangelistas tiene un símbolo: el de Marcos es el león, que en esta escultura aparece a sus pies. El santo parece estar escribiendo en este momento con la pluma que sujeta en la mano derecha el libro abierto que sostiene en la izquierda.

Destaca la talla de sus ropajes, resaltada con el colorido dorado del manto y los detalles.

b1. San Pedro

San Pedro
Según los evangelios, Pedro fue, junto con su hermano Andrés, el primero de los doce apóstoles llamados por Jesús de Nazaret. Éste le nombró su sucesor, por lo que se le identifica como el primer papa de la Iglesia Católica.

En esta imagen se le reconoce por llevar un libro en la mano derecha y las llaves del Reino de Dios en la izquierda. Llama la atención la expresión de su rostro, así como los pliegues de sus ropajes.

b2. San Andrés

San Andrés
Según los evangelios, Andrés fue, junto con su hermano Pedro, el primero de los doce apóstoles llamados por Jesús de Nazaret. Su leyenda cuenta que se dedicó a predicar en Tracia (entre las actuales Grecia, Bulgaria y Turquía) y allí fue condenado a ser azotado y atado hasta la muerte en una cruz en forma de aspa. Por eso, se le representa con la cruz en aspa asomando tras su figura y sujetando un libro abierto en su mano izquierda, que lo identifica como apóstol.

Llama la atención la expresividad de su rostro, reforzada por la talla de su cabello y barba, y la rica policromía de sus vestimentas.

Ático – cascarón

C. Asunción.

Asunción.
Según la tradición católica, al final de su vida María fue llevada al Cielo y se encuentra en cuerpo y alma en el Paraíso. Se le representa sobre nubes y rodeada de ángeles que la sostienen, ya que fueron ellos quienes se encargaron de transportar su cuerpo a la Gloria.

La escultura destaca por su expresividad, reforzada por la talla y la cuidada policromía de los ropajes, con túnica decorada con flores y manto azul con borde dorado de amplios pliegues, que da a la imagen sensación de movimiento.

D. La Trinidad coronando a la Virgen.

La Trinidad coronando a la Virgen.
Según la tradición, una vez en la Gloria María fue coronada Reina de los Cielos. Por eso en esta representación la Trinidad aparece sujetando una gran corona dorada, rematada con una cruz. La Trinidad es la forma simbólica de representar al Dios de los cristianos, que se manifiesta en forma de tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Dios Padre (a la derecha) está representado como un anciano con larga barba que sujeta en su mano izquierda una esfera coronada con una cruz, símbolo del triunfo del cristianismo en el mundo. Dios Hijo (a la izquierda) está representado como Cristo resucitado, con la herida en el costado, vestido de rojo y oro y sujetando en la mano derecha la cruz. Entre ellos, el Espíritu Santo (en el centro), representado en forma de paloma blanca con las alas extendidas en forma de cruz.

Este conjunto escultórico se caracteriza por una policromía brillante a base de rojos, azules y dorados.

c1. San Jerónimo.

San Jerónimo.
Jerónimo fue un estudioso cristiano del siglo IV que tradujo la Biblia al latín, por lo que está considerado uno de los padres de la Iglesia Católica y se le representa aquí en actitud de escribir. Llegó a ser secretario del papa Dámaso IV, por eso aparece vestido de cardenal, con ropas de color rojo intenso o púrpura y un sombrero llamado capelo, destacando la policromía dorada en los bordes de sus ropajes.

La leyenda cuenta que le acompañaba siempre un león, que lo seguía como un perro manso desde que el santo le sacara una espina que tenía clavada en la pata.

c2. San Gregorio Magno.

San Gregorio Magno.
Gregorio fue un papa del siglo VI, por eso aquí aparece ricamente vestido, con una importante capa y zapatos o escarpines de color rojo, llevando la tiara –un sombrero formado por tres coronas que indica su autoridad como papa, obispo y rey– y sujetando un báculo en forma de cruz.

Fue autor de muchas obras de teología, por lo que está considerado uno de los padres de la Iglesia Católica.

c3. San Ambrosio

San Ambrosio
Ambrosio fue obispo de Milán en el siglo IV; por eso se le representa en esta imagen vestido con una capa muy decorada, una cruz al cuello y llevando la mitra –el sombrero que utilizan los obispos en las ceremonias solemnes– y un bastón o báculo. Fue autor de muchas obras de teología, por lo que está considerado uno de los padres de la Iglesia Católica.

Destaca la policromía de la capa a base de motivos florales y el uso del dorado en el báculo, los bordes de la ropa o en la mitra.

c4. San Agustín

San Agustín
Agustín fue un filósofo del siglo IV que, después de convertirse al cristianismo, llegó a ser obispo de la ciudad de Hipona (en la actual Argelia). Por eso aparece vestido con una capa muy decorada y llevando el sombrero que utilizan los obispos en las ceremonias solemnes, llamado mitra. Se le suele representar sujetando la maqueta de una iglesia en una mano y un corazón en llamas en la otra. Fue autor de muchas obras de teología, por lo que está considerado uno de los padres de la Iglesia Católica.

Destaca la policromía a base de dorados, que da luz a la imagen.

d1. San Francisco Javier

San Francisco Javier
Francisco Javier, uno de los más importantes santos entre los jesuitas, fue un estrecho colaborador del fundador de la Compañía de Jesús, San Ignacio de Loyola. Aparece sujetando una imagen de Cristo crucificado.

Destaca la expresividad de sus gestos, así como el dorado de los detalles de su hábito.

d2. San Ignacio de Loyola.

San Ignacio de Loyola.
Ignacio de Loyola fue el fundador, en 1534, de la Compañía de Jesús, los llamados jesuitas. Con la mano derecha levanta una custodia en la que aparecen las letras IHS, en alusión al nombre de Jesucristo, y en la izquierda un libro cerrado que representa la regla de la Compañía.

Destaca la expresividad de sus gestos, así como el dorado de los detalles de su hábito.