Conjunto de retablos de la iglesia de la Asunción de María (Bermeo)

  • Templo: Iglesia de la Asunción de María (Bermeo)
  • Autor: Pedro Belaunzaran y Pedro Lumbreras (tracistas),
    José de Alcoverro (escultor) y Pedro Belaunzaran (policromador)
  • Promotor: Ayuntamiento de Bermeo
  • Cronología: siglo XIX (1869-1871)
  • Estilo: Neoclásico

Una iglesia con aspecto de templo clásico

Iglesia:

La parroquia de la Asunción de Nuestra Señora es un edificio construido a en diferentes momentos del siglo XIX (1820/22 – 1869) y diseñado por el arquitecto Silvestre Pérez.

Destaca su portada, que con sus columnas y su frontón triangular recuerda a un templo griego. Tiene una torre a cada lado: la de la izquierda está inacabada; la de la derecha, terminada a fines del XIX, es el campanario. Su planta tiene forma de cruz griega, con los cuatro brazos iguales, y en el centro se levanta una amplia cúpula.

En el interior, entre los arcos que sujetan esta cúpula hay cuatro retablos y, sobre ellos, pinturas que representan a los cuatro evangelistas, realizadas por el pintor Pablo Uranga en 1912.

La Asunción de Nuestra Señora (Santa María) (Bermeo)

Historia:

 

Los cuatro retablos laterales de la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora fueron contratados por el ayuntamiento de Bermeo y pagados por los habitantes de la villa. Se recibieron, además, donativos de particulares, como el que dejó en su testamento Andrés de Uriarte –aplicado fundalmente a la realización de las esculturas–.

Encargaron la obra al arquitecto Pedro de Belaunzaran, quien realizó el diseño o traza.

Las obras fueron dirigidas por otro arquitecto, Pedro Lumbreras (1869), quien también se hizo cargo de la policromía, y las imágenes las realizó el escultor catalán José de Alcoverro (1870-1871).

Descripción:

Además de su retablo mayor, dedicado a la Asunción, la iglesia cuenta con un conjunto de cuatro retablos laterales de estilo neoclásico, situados en los nichos o exedras que forman los apoyos de la cúpula central de la iglesia. Cada uno de estos nichos tiene decorada la parte alta con una pintura que simula casetones en relieve, a modo de ilusión óptica o trampantojo. Los cuatro retablos son iguales en su composición arquitectónica: todos tienen forma de forma de templete clásico, con una hornacina central, donde se sitúa la imagen más importante, entre columnas corintias. En su parte alta, tienen un círculo dorado con un triángulo (alusión a la Trinidad), rodeado de nubes y rayos que representan la Gloria. Los cuatro retablos están tallados en madera de pino rojo del Norte, y pintados en blanco y dorado, con imitaciones de mármol en su parte baja o banco.

En la nave del evangelio, a la izquierda según se mira al altar, se encuentran los retablos de San Juan Bautista, junto al altar, y de la Virgen del Rosario, a los pies.

En la nave de la epístola, a la derecha según se mira al altar, están el retablo de la Inmaculada Concepción, junto al altar, y de San José, a los pies.